Me miré en el espejo de cuerpo entero y vi el reflejo de este hombre de mediana edad, tal vez un octogenario, flaco buscando y encogido en la vitalidad del cuerpo. Casi no puedo hacer que los últimos vestigios del alma del soñador, que pedazo-una manía que le ha estado diciendo el nombre (Pogie! es mi nombre de su mascota, perdón) y que el espíritu dinámico, indefaticable que antes no conocía el significado de la palabra no puede.
Miré de nuevo, esta vez más cerca del hombre en el espejo. Me tomó un minuto de atraso más para darse cuenta de que este hombre lucía una larga cabellera mal ajustadas antes de tiempo y arrugas en la piel y los ojos fue muerto ... yo mismo. O lo que solía ser yo. Yo casi no reconocía el extranjero.
Pero los ojos, parece que me acusan.
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